domingo, 3 de septiembre de 2017

Escribo

Escribo; no para ser leída, sino para encontrar un refugio, desahogarme, contar mis experiencias.
Como un diario, pero por alguna razón, deseo compartirlo con cualquier persona...
Aquel que lee mis palabras, tal vez sin dejar rastro de ello, pero con el convencimiento de que todas las personas sufren; a solas, acompañadas...
Tal vez esa persona que ves tan feliz por fuera, por dentro está llorando, clamando por alguien que la escuche, que le de un consejo, que le apoye...

Cada vez me decepcionas más

Cada palabra, cada acción, todo lo que hace... Me hace sentir más decepcionada.
De repente he prescindido de ti, dejé de darle importancia a esa persona que por naturaleza debe ser la más especial en todo el mundo; aquella que debe ser un ejemplo a seguir, quien es el boceto del hombre perfecto en tu vida; quien debe enseñarte cómo es tratada una dama; quien es la persona ideal en todos los sentidos...
Lamentablemente, ese no es mi caso, cada día te veo menos, y esos pequeños tiempos se han vuelto un pequeño infierno, en el cual estás aquí físicamente, pero no sé en dónde está tu mente. A decir verdad, si lo sé, pero quiero evitar esos pensamientos...